No se trata tan sólo de un rumor. La inteligencia artificial (IA) es un campo que ha experimentado grandes avances en los últimos años. Aunque muchos puedan pensar que se trata de una tecnología que está aún en desarrollo y que tardará en llegar a nuestro día a día, la realidad es que está presente en muchas de nuestras actividades cotidianas.

Seguro que has oído hablar de Alexa y Siri, los revolucionarios asistentes personales de voz. O los sistemas de recomendación de productos en plataformas de e-commerce, que utilizan esta tecnología para ofrecer una experiencia más personalizada al usuario.

Quizá no lo hayáis pensado, pero los típicos “esto también podría interesarle” que nos aparecen al navegar por internet, llevan detrás complejos algoritmos basados en la inteligencia artificial.

En este sentido, sólo os adelantamos una cosa: la inteligencia artificial promete modificar casi cualquier espacio de la interacción humana. Se prevé que en un futuro cercano este tipo de tecnología se expanda también a otras áreas como la salud, agricultura, transporte, etc., y se convierta en algo de uso universal.

Tendencias de la Inteligencia Artificial 2020

¿Qué se espera que ocurra en los próximos años? Como hemos dicho, la inteligencia artificial promete tener repercusiones en todos los ámbitos. Con ello, la economía global crecerá con su incorporación; se eliminarán algunos puestos de trabajo y se crearán otros.

Se manifestará un empoderamiento individual, al permitirnos conocer, aprender y descubrir cosas que hace algunas décadas eran inconcebibles.

A continuación, os mostramos algunas de aquellas tendencias que esperan desarrollarse en mayor medida durante el siguiente año 2020:

1. Convergencia de la inteligencia artificial con otras tecnologías como el internet de las cosas (IoT) o Blockchain.

En el campo del internet de las cosas, los objetos cotidianos que se encuentran conectados a internet generan datos que pueden ser procesados por algoritmos de inteligencia artificial, para interpretarlos y generar respuestas de forma automática.

Un ejemplo claro de esto: los coches autónomos disponen de sensores láser para captar la información de su entorno. Las medidas que generan son interpretadas por mecanismos de inteligencia artificial para detectar, por ejemplo, si hay algún obstáculo en la carretera y dar la orden de frenar al coche.

De forma similar, la unión de IoT e IA permitirá crear hogares y ciudades inteligentes. Y es que la combinación de estas dos tecnologías supone un beneficio bilateral:

- La utilización de blockchain ofrecerá la posibilidad de almacenar y tratar datos sensibles de forma segura, así como mejorar la compresión de la toma de decisiones por parte de los algoritmos de aprendizaje automático.

- En cuanto a la IA, aumentará la eficiencia de los cálculos necesarios en los procesos de blockchain.

2. Reconocimiento facial.

Consiste en la identificación de las personas a partir de imágenes de su rostro tras el análisis de sus características faciales. Esto tiene su aplicación en:

  • - Pagos automáticos en tiendas físicas sin pasar por caja.
  • La identidad del cliente y los productos comprados se detectan automáticamente. Un ejemplo de ello podría ser Amazon Go, la tienda sin dependientes donde no es necesario pasar por caja. Este experimento interno de la compañía, acabó siendo un éxito:

    Cada cliente, por mediación de un código QR que escanea al entrar, podrá adquirir cualquier producto de la tienda. Y todo esto gracias a un sistema de cámara y sensores de peso en las estanterías que reconocerán lo que ha llevado consigo y lo cobrarán.

  • - Seguridad.
  • Desbloqueo de dispositivos, localización de personas desaparecidas, detección de delincuentes… Está claro que la inteligencia artificial supondrá mejoras considerables en cuanto a la seguridad de la ciudadanía (aunque más tarde cuestionaremos esta afirmación).

    La tecnología puede reforzar la seguridad pública, creando un nuevo ecosistema de protección proactiva donde queden combinados la monitorización con otros sistemas de vigilancia. Así, el nivel de desarrollo tecnológico actual, permite analizar e interpretar datos de diversa naturaleza a una velocidad superior que la que puede alcanzar el potencial humano.

    Esto supone el incremento de la prevención frente a amenazas, combinando tecnologías como la visión por ordenador, la analítica de imágenes y datos impulsada por la IA.

3. Robótica.

Las evoluciones de la inteligencia artificial aplicada a la robótica está generando grandes expectativas en cuanto a avances. Los robots se están desarrollando para poder realizar tareas de todo tipo de forma autónoma, además, se espera que sean capaces de tomar decisiones por sí mismos sobre qué hacer en un determinado contexto o situación.

Bajo unos parámetros establecidos y gracias a la experiencia que vayan cogiendo, los robots podrán cultivarse y mejorar cada día bajo un aprendizaje profundo y continuo (machine learning). Serán capaces de aprender y resolver problemas, e incluso podrán llegar a mantener una conversación humana.

¿Creéis que algún día podremos considerarlos un ciudadano más? Y es que ya lo decía Sophia (el robot humanoide nacido en el año 2015) cuándo le preguntaron sobre qué se necesita para que los robots se consideren humanos: únicamente la empatía.

¿Cuál es el límite de la Inteligencia Artificial?

Al mismo tiempo que avanzan las aplicaciones del campo de la inteligencia artificial, también se generan debates éticos sobre su correcto uso y la necesidad de desarrollar una legislación que lo regule. Vienen promesas y desafíos nuevos sí, pero también riesgos y preocupaciones. De esta manera, existe una gran preocupación sobre la utilización de datos personales y la protección de la privacidad de los ciudadanos.

Actualmente, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) nos permiten mantener registros de larga duración de cualquier persona que produzca datos almacenables: facturas, contratos, historiales de crédito, e incluso cualquier contenido escrito publicado en nuestras redes sociales. Lo que significa que esto nos incluye, básicamente, a todos.

Sin embargo, no sólo es el almacenamiento y la accesibilidad de los registros digitales lo que cambia nuestra sociedad. Es también el hecho de que dichos registros se puedan comprobar e indagar mediante algoritmos de reconocimiento de patrones.

Algunos expertos defienden que los datos personales no pueden ser propiedad de nadie más que de la persona a la que se refieren. Así, cualquier otro uso sería por cesión o por contrato, lo que supone que no se pueden traspasar sin un consentimiento previo.

De esta forma, se están desarrollando ya varias innovaciones tecnológicas y jurídicas en base a este nuevo contexto. Hay razones de sobra para hacerlo, y es que la extracción no deseada de datos masivos personales a partir de los perfiles individuales tienen consecuencias tanto políticas como económicas.

En conclusión, más allá de cualquier problema económico y político, debemos recordar que la IA amplía y mejora nuestras vidas; en particular, nuestra capacidad de resolución de problemas. Frente a los desafíos globales de seguridad y sostenibilidad, estas mejoras prometen seguir aportando una ayuda significativa, siempre que desarrollemos mecanismos adecuados para regularlas.