La creciente demanda del trabajo en equipo en el mundo empresarial conlleva la búsqueda de una formación especializada. Y es que el conocimiento es la base de la competitividad de una organización, ya que supone su capacidad de adaptación al entorno.

Hoy os contamos por qué los nuevos métodos de gestión de proyectos se enfocan en crear equipos de trabajo compuestos por personas con conocimientos y habilidades complementarias, que trabajen de forma conjunta y organizada para alcanzar un mismo objetivo.

Y es que el conocimiento en una organización es un conjunto colectivo de saber y saber hacer, por lo que su gestión adecuada puede significar una fuente competitiva para la empresa que lo cuide y mantenga en el tiempo.

Importancia del equipo de trabajo en el proyecto integrado

Si el funcionamiento de una empresa se basa en las competencias individuales, podemos entender que el conocimiento total de una organización será igual a la suma de los conocimientos individuales de los miembros del equipo.

Sin embargo, sabemos que una misma persona puede adoptar decisiones y comportamientos diferentes a pesar de encontrarse bajo los mismos estímulos, aún poseyendo la misma información, habilidades o competencias.

Las emociones y las representaciones mentales son totalmente personales e individuales, por eso es que el hecho de que compartamos una misma formación o los mismos estímulos no significa que reaccionemos igual ante una misma situación.

De esta forma, cuando una organización trabaja con equipos cohesionados, su conocimiento total es significativamente superior. ¿Por qué? Gracias a la generación de intercambios, creatividades y sinergias que derivan de la unión de personas.

Trabajar en equipo no siempre es sencillo, ya que en ocasiones supone renunciar a aquellos métodos o procedimientos propios. Sin embargo, trabajar de forma conjunta resulta mucho más beneficioso, tanto para las personas que conforman el equipo, como para el proyecto en sí.

¿Creéis entonces que toda empresa debería privilegiar el rendimiento colectivo? Al fomentar las sinergias de las que hablamos, la organización ya no está hipotecando su futuro con procedimientos reactivos, yendo al remolque de los acontecimientos y a limitar su capacidad a la suma de simples óptimos locales.

Cómo construir equipos de trabajo sólidos y eficientes

Ya lo hemos visto, un equipo de trabajo sólido y eficiente se retroalimenta del conocimiento de todos sus miembros, a pesar de que todos se comporten y tengan conocimientos diferentes. Así, resulta absurdo pensar que una única persona es dueña de una información, ya que un ambiente laboral dinámico integrará e impulsará el conocimiento conjunto.

Eso sí, tened claro que si cada persona es un mundo, nada cambia en cuanto a las organizaciones. Cada una es un universo diferente, al estar constituida por grupos de personas con distintas características, habilidades y conocimientos. Sin embargo, estas diferencias son las que pueden generar esos incrementos en los índices de innovación, rentabilidad y compromiso.

La productividad será mayor gracias a la divergencia de conocimientos, técnicas y comportamientos. Pero, ¿cómo armar un grupo de personas unidas por el mismo objetivo? La clave está en trabajar la confianza para fortalecer los vínculos:

Cohesión e identidad común.

Los miembros de un equipo deben querer pertenecer a éste. Para ello, cada persona que se integre en un equipo de trabajo debe poseer una misma identidad en común, unos valores propios que les constituya como componente cohesionador.

Interacción y comunicación.

Debe establecerse un canal de comunicación que facilite el acceso a la información y a la toma de decisiones. A todos nos gusta ser escuchados y tenidos en cuenta, por lo que todos los miembros del equipo deben interaccionar entre ellos con total naturalidad.

Visión común.

Cuando los miembros comparten la misma visión y razón de ser de la organización, todos reman en la misma dirección. De esta forma, debe quedar claramente definido cuál es esa meta a la que se pretende llegar, ya que, cuando crees en algo y te comprometes con ese fin, te sientes responsable de dar lo mejor de ti para alcanzarlo.

Ambiente armónico.

Trabajar en un ambiente positivo y agradable, donde todos los miembros se respeten y exista libertad para expresar las ideas y opiniones personales, hará que la calidad del proyecto incremente. Ese confianza significarán los cimientos de un buen equipo de trabajo.

Establecimiento de roles.

Dentro de todo este dinamismo, para que haya coordinación dentro del equipo, cada miembro deberá asumir un rol. Para ello, aconsejamos que surja de forma inconsciente y natural, ya que, según la personalidad de cada uno, puede ir configurándose.

Gestión del conocimiento

El conocimiento individual es resultado del conjunto de información, habilidades y experiencias propias, permitiendo producir respuestas lo más adecuadas posibles ante situaciones que se presenten o provoquen conscientemente.

Asimismo, en una organización fundamentada en las competencias individuales, cuando un trabajador abandona la empresa, se lleva con él lo esencial de su conocimiento, aunque parte del mismo se queda en la propia empresa.

Gestionar óptimamente el conocimiento trata precisamente de lograr que la mayor parte posible de este conocimiento permanezca en la organización. Con ello, entendemos el trabajo en equipo como la unión de talentos y no como la división de las tareas.

Por esta razón, quien forma parte de un equipo de alto rendimiento conoce y admite el papel de las emociones, propias y ajenas, en nuestros procesos de percepción, decisión y comportamientos. Y tú, ¿te beneficias del conocimiento compartido en tu equipo de trabajo?